El protagonismo de Neymar

El 3 de agosto de 2017 fue, con diferencia, el día más importante de la carrera de Neymar Jr. En esa fecha el brasileño, que tan solo tenía solo 25 años, cambió formar parte del tridente más temible del mundo y el club en el que lo había ganado todo por el dinero del Paris Saint-Germain.

Desde entonces, ya nada volvería a ser igual. La calidez que le propiciaba el Camp Nou desapareció para convertirse en continuos tira y afloja entre el jugador y su propia afición, especialmente con los ultras. Poco a poco su estrella se ha ido apagando hasta llegar a este verano, en el que cinco años después de su escapada de LaLiga, se le menciona más por sus líos extradeportivos que por lo que aporta sobre el césped.

La oscuridad del PSG

Cuando el brasileño se afina es uno de los mejores futbolistas del mundo. En eso no cabe la más mínima duda. Sin embargo, esta pasada temporada su protagonismo ha caído de forma demasiado notoria. El fichaje de Messi y la explosión definitiva de Mbappé le han dejado en la sombra del tridente. 

Futuro incierto

De esta forma, el delantero brasileño ha pasado de ser considerado siempre a uno de los candidatos a ganar el balón de oro a simplemente destacar por noticias que se desarrollan fuera de los terrenos de juego. Ahora el PSG estaría interesado en su marcha, como ya ocurrió en 2019 y su casi regreso a Barcelona. Esta vez los clubes que suenan son el Chelsea y la Juventus, pero sin nada claro todavía. Sin embargo, hay un factor clave que le encadenaría a París por mucho tiempo.

El pasado año el brasileño renovó hasta 2025 y, según varios medios, este 1 de julio el contrato se ampliará hasta 2027. Esto significa que Neymar se encontraría vinculado con el club parisino hasta los 35 años, hecho que no gusta nada en las altas esferas del club. Sacarlo será altamente complicado debido a su desorbitado salario, que ronda los 40 millones de euros.

Lo que está claro es que, con todos los sucesos que han envuelto a Neymar los últimos años (fiestas, distracciones, sobrepeso,...), el brasileño ha dejado él solo en el olvido sus posibilidades de convertirse en lo que prometía ser. Sin embargo, todavía tiene fútbol y años por delante y frente a él se presenta la mejor oportunidad posible para resarcirse: el Mundial de Qatar. ¿Será capaz de darle la vuelta a su situación? Solo él mismo podrá dar respuesta a esta cuestión.